En Scythe, cada jugador representa a un líder caído que intenta restaurar su honor y llevar a su facción al poder en Europa del Este. Los jugadores conquistan territorios, reclutan nuevos miembros, cosechan recursos, reúnen aldeanos, construyen estructuras y activan poderosos mechs.

El juego utiliza un sistema ágil de selección de acciones (sin rondas ni fases) que mantiene el ritmo fluido y reduce el tiempo de espera entre turnos. Aunque hay bastante conflicto directo, no existe eliminación de jugadores ni es posible destruir unidades.

Cada elemento de Scythe tiene un componente de construcción de motor: los jugadores pueden mejorar acciones para hacerlas más eficientes, construir edificios que fortalezcan su posición en el mapa, reclutar aliados que potencien habilidades, desplegar mechs para disuadir invasiones y expandir sus fronteras para obtener más y mejores recursos. Estas mecánicas generan una sensación de avance y progreso, y el orden en que cada jugador desarrolla su motor le da un estilo único a cada partida, incluso repitiendo facción.